Si "el bombilla" pudiera verme hoy, se santiguaría al comprobar el morrazo que le echo al asunto, me habría creído capaz casi de cualquier cosa, ¡pero escribir en público!, es además de petulante, un acto indigno con la literatura.
Jamás fui capaz de aprobar un solo examen en el que tuviera que hacer una redacción, cada vez que tenía que coger el bolígrafo, me entraban sudores y me ponía enfermo. Con 12 años empecé a hacer mis primeros pinitos con la música, pero no fue hasta los 16 años, cuando empecé a "escribir" las letras. Aquellas letras eran una ignominia para el arte en general y para la literatura en particular, provocándome sonrojo todavía hoy, no ya cuando las leo, me lo producen incluso al recordarlas.
Una vez mencionados los preámbulos, que en realidad no son más que la mera intención de un descargo de mi conciencia, debo confesaros que mi atrevimiento inicial, está suavizado por el ánimo que me regala cada día este medio llamado Internet. Desde que se ha generalizado su uso, he empezado a leer lo que escriben amigos que antes, no sabía cómo lo hacían. Esta misma tarde, sin ir más lejos, he visto como uno de mis atrevidos amigos, que tanto vemos proliferarse en la red, escribía “prueva”, sin ningún pudor.
¿Es posible que una gran cantidad de personas antes consideradas cultas por mí, sean incapaces de escribir correctamente un par de frases seguidas?.
En fin, que me alegro mucho de estar aquí y os prometo que a partir de ahora intentaré escribir de cosas que realmente os interesen a todos.
Gracias por entrar a leerme.
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