El parlamento español ha aprobado una modificación en el código civil por el cual se permitirá en un futuro próximo que se celebren bodas entre parejas del mismo sexo.
Se trata de una ley largamente esperada por colectivos de gays y lesbianas, pero también constituye en sí misma algo que crea mucha polémica con distintos colectivos sociales.
El colectivo más importante es del de la iglesia católica, que por primera vez en más de 20 años, se va a lanzar a la calle a manifestarse (algo que no había hecho desde comienzos de los 80, cuando se oponía a las reformas educativas del gobierno de Felipe González).
No seré yo quien reste ni un ápice de legitimidad a la protesta en la calle, el derecho a manifestarse es un derecho constitucional, por lo que todos tenemos pleno derecho a hacerlo, lo que si que me llama la atención, es la larga lista de eventos a los que la iglesia católica no ha prestado apoyo. Sin ir más lejos, dentro de pocos días, se celebrará en Madrid una marcha contra el hambre en el mundo, ¿no le parece a la Conferencia Episcopal española un motivo justo par sumarse? En estas últimas décadas se han producido cientos, miles de manifestaciones, muchas de ellas muy justas y con un amplio apoyo por parte de la población española y más concretamente por el colectivo católico, pero la Iglesia no les ha honrado con su presencia, ¿por qué?
La ley que aprobó el gobierno, no obliga a la Iglesia a casar por el rito católico a personas del mismo sexo, es una modificación del matrimonio civil, ¿desde cuando la iglesia reconoce el matrimonio civil?, ¿por qué se meten en algo que ni siquiera reconocen?, ¿cuando va a dejar de interesar a la Iglesia el sexo de los demás?
martes, 7 de junio de 2005
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