miércoles, 20 de junio de 2007

Empezó con una corrida

Leo con agradable sorpresa el email que ha mandado mi amigo Joan Carles al foro de Internet en el que ambos “militamos”. Nos habla del enfado que tiene al haberse enterado que Joaquín Sabina y Joan Manuel Serrat estuvieron el pasado domingo en la corrida de toros celebrada en Barcelona. Si, me habéis leído bien, digo “agradable sorpresa”, ya que es enternecedor que mi amigo, que ya no es un niño, se escandalice de determinadas actitudes de nuestros eternos cantautores.

Seguramente me ha sorprendido la frescura moral de mi amigo precisamente porque por desgracia yo ando desde hace tiempo justo en el camino contrario, soy un descreído

Según dice mi amigo, él pensaba que al menos Serrat sería más sensible al sentimiento de los antitaurinos, por eso se siente decepcionado. Yo en cambio ando por las sendas del pragmatismo, ya no presupongo ningún valor en nadie, me ciño a escuchar su música, a valorar sus letras y poco más, ya que si tuviera que juzgar la vida privada de la mayoría de nuestros “divos”, seguramente dejaría de escuchar “trova” y volvería a la música clásica.

En mi caso, el primer desengaño llegó a finales de la década de los 90, cuando tras el cierre del diario “Egin”, me encontré en un periódico con la noticia que decía que Lluis Llach había actuado gratuitamente en el velódromo Anoeta de San Sebastián para recaudar fondos para poder sacar a la calle el diario “Gara”, que debía sustituir al Egin.

Para los desconocedores, el diario “Egin” era el periódico próximo a ETA, el que estos siempre utilizaban para difundir comunicados, informes, etc. Si bien yo nunca estuve del todo de acuerdo con aquel cierre, ya que soy de los que creo que si había personas implicadas con ETA, se deberían juzgar a las personas, no al medio, tampoco me pareció bien que alguien como LLach, que era una persona muy bien posicionada en el mundo de los derechos civiles, muy implicado con Amnistía Internacional, Green Peace, la Plataforma del 0,7, etc, me parecía una incongruencia contribuir en sacar a la calle un periódico que jamás condenaría el chantaje ni los asesinatos.

Por eso, desde entonces, decidí abrir mi mente. Me pregunté, ¿merece la pena dejar de disfrutar de la música de LLuis Llach por estar en desacuerdo con él?, pues no, efectivamente, por eso decidí que si él quería apoyar a esa causa de forma desinteresada, sin cobrar, yo no volvería a contribuir económicamente con él, por eso no volví a comprar discos suyos. Eso si, lo sigo escuchando. Yo soy de los que me gasto un dineral comprando discos, intento apoyar siempre que puedo, pero para los discos de Llach, acudo al préstamo, al emule o espero a que alguien me lo regale, lo mismo que hago con Sabina, desde que hace muchos años le vi en un escenario dándose abrazos con un personaje nefasto llamado Jesús Gil.

No te deprimas Joan Carles, haz como yo, intenta no saber nada de la vida de nadie, ya que terminarías no escuchando música. Como dice nuestro director en cancioneros.com Xavier Pintanel, , <<los músicos son gente de vida disoluta, que fuman, que beben, que van con mujeres que también fuman y beben, que comen de todo y te dicen de “tu”>>.

Ten la certeza que si yo hubiera tenido una hija de la edad de ellos, me habría llevado un enorme disgusto si hubiera terminado siendo mi yerno. Por supuesto que también me meto en el saco, soy tan pésimo yerno como ellos, lo debe dar la música.

Publicado en cancioneros.com

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